Llevo tanto sin escribir, que se me acumulan las noticias impactantes. Los espionajes de Dª Cuaresma - Espe, los chicos del PP que mueren matando, defendiéndose con una maña que ni el OK Corral, la contribución de los que se creen iluminados gudaris de Euskal Herria, en forma de bomba de ocho kilos, al futuro y la prosperidad de su pueblo, el hediondo caso Gürtel, la dimisión del polémico y cañero Ministro de Justicia Mariano Fernández Bermejo, y el reciente nombramiento de Francisco Caamaño. Una inoportuna cacería en Jaen, la coincidencia más o menos casual de que acudiera a la misma el Juez Garzón, y una foto demoledora en el que los cazadores posan ufanos junto a sus presas, en una suerte de Auschwitz ciervuno y apocalíptico.
Empezaré por la última noticia. Se me ocurren dos reflexiones, la primera sobre la caza. En mi Castilla natal, la caza ha pasado de ser una actividad más o menos popular, (como sigue siendo en esta isla, aunque de cómo tienen muchos a sus podencos, hablaremso otro día...) y casi un complemento para la dieta y para la economía, a una especie de festival, o más bien ritual llevado a cabo por las clases pudientes de la Capital. En el pueblo de mi padre, han edificado unos endosados al lado de la era, para "los cazadores" que son unos señores gordos de Madrid, con todos los respetos, que son los únicos que tiene la pasta para el coto, y por tanto son lo únicos que cazan legalmente en el pueblo. Yo he oído a un recio paisano descojonándose de los señoritos que van a cazar, sentados en el taburete, mientras "les echamos los jabalíes a la escopeta", y luego hacen comentarios sobre como entró la pieza, o soble "el lance". Tal vez no hiciera nada ilegal, sólo la pequeña infracción de no tener licencia para cazar en Andalucía, pero lo que importa es el gesto. La mujer del César, además de ser buena, debe parecerlo. No es el retrato que temos en la retina de un ministro socialista y obrero, pero es muy español. Por lo menos ha tenido la decencia de irse antes de que le echen (aunque nunca sabremos lo fuerte que le han empujado desde su propio partido), chapeau!
Otra reflexión que se me viene a la cabeza, coincidiendo con la "huelga", es sobre los jueces. Yo pensaba que la huelga era un instrumento de lucha de los obreros explotados del mundo, famélica legión, o por lo menos descontentos, contra su patrón, para exigir unas condiciones de trabajo más dignas. O más concretamente, como dicen los miembros de la Real Academia que limpia fija y da esplendor (como Mr. Proper, oyesh!) es la "interrupción colectiva de la actividad laboral por parte de los trabajadores con el fin de reivindicar ciertas condiciones o manifestar una protesta". Pero no, parece que cualquier poder del estado puede decir, que paren el mundo que me bajo, y hacernos la pascua cual controlador aereo o comandante cualquiera, hasta que se le pase la pataleta y le den lo que enturbia su sacrificada vida. Y no digo que la Justicia esté bien, Dios me libre. Como abogado he sufrido en silencio las dos cosas, el funcionamiento Kafkiano de la Justicia española (lease para comprenderla El Proceso, del inefable Frank, real como la vida misma, oiga!), y los desmanes y despropósitos de la clase judicial. Es verdad que los medios materiales y humanos son escasos, que también hacen guardias, y que algunos trabajan por la tarde, en su despacho, o en casa, poniendo sentencias, que recae sobre sus hombros un peso que ni Sísifo. pero también es verdad que son una casta de vanidosos más o menos retrógrados, que se creen sinceramente por encima del mundanal ruido, y que firman sentencias que cambian el rumbo de una persona o de una empresa con una media sonrisa, antes o después de tomarse un cafelito descafeinado sin espuma con un cruasant con los fiscales, los abogados más veteranos del lugar y otros elegidos. Es verdad que se organizan cacerías donde acuden además de Sus Señorías, fiscales, abogados y demás fauna. Es cierto que dicen ser conscientes, y que luego se meten en el papel y ya está, pero no se yo.
Más humildad, Señores (y sobre todo Señoras, porque debido a su proverbial fuerza de voluntad, afortunadamente, las españolas están ganado cuota en la justicia) y más pisar la tierra. Quizá habría que dotar los juzgados de más medios, pero también habría que pensar cómo se accede a ese sillón que da derecho a decidir sobre lo divino y lo humano. Una vez acabada una carrera amena y práctica, (empiezas con historia del derecho, y acabas en quinto con filosofía del derecho, que Aristóteles tiene mucha aceptación en los foros), se recluye uno unos cuantos añitos, sin ver practicamente la luz del sol ni a otros congéneres, y se aprende uno/a como un papagayo como 183 temas, normalmente con un preparador que a su vez es Juez, se embolsa una pasta, y debido a lo apretado de su agenda se le suele olvidar declara esos ingresos, los canta cual niño de Sal Ildefonso, y a esperar... Si ya lo dijo el gran cazador, pero me parece a mi que va a ser que no...
De lo de la cadena perpetua, dado el lamentable estado del sistema penitenciario español, hablaremos otro día. Pero es cierto que las leyes no se pueden hacer en caliente, porque aunque siempre irán por detrás de la calle, todavía tenemos la quizá ingenua aspiración de la reinserción. Me imagino que a los que han perdido su libertad, necesitan por lo menos la pequeña ilusión de un permiso, un bis a bis, o incluso a atreverse a soñar con un tercer gardo (que no se crean ustedes que son cosas fáciles, sobre todo si uno es extranjero), para ir a un taller en vez de estar todo el día en el patio, para no meterse, o para hacer algún esfuerzo por ser por lo menos un poco persona, recogiendo los pedazos en los que ha quebrado su vida. No creo que un sistema americanizado, retributivo y ojoporojico, privatizado y cruel, con menores juzgados como hombres, y un 3% de ejecutados inocentes (casi todos negros, por cierto).
Y vaya por delante mi respeto y mi homenaje a los padres, familiares y amigos de Marta del Castillo, y de todos aquellos familiares de víctimas de delitos violentos. Quizá el fallo fué del que el puso el micro, o del que lo siguió en una marcha por una causa, a juicio de este humilde necio, equivocada.
Empezaré por la última noticia. Se me ocurren dos reflexiones, la primera sobre la caza. En mi Castilla natal, la caza ha pasado de ser una actividad más o menos popular, (como sigue siendo en esta isla, aunque de cómo tienen muchos a sus podencos, hablaremso otro día...) y casi un complemento para la dieta y para la economía, a una especie de festival, o más bien ritual llevado a cabo por las clases pudientes de la Capital. En el pueblo de mi padre, han edificado unos endosados al lado de la era, para "los cazadores" que son unos señores gordos de Madrid, con todos los respetos, que son los únicos que tiene la pasta para el coto, y por tanto son lo únicos que cazan legalmente en el pueblo. Yo he oído a un recio paisano descojonándose de los señoritos que van a cazar, sentados en el taburete, mientras "les echamos los jabalíes a la escopeta", y luego hacen comentarios sobre como entró la pieza, o soble "el lance". Tal vez no hiciera nada ilegal, sólo la pequeña infracción de no tener licencia para cazar en Andalucía, pero lo que importa es el gesto. La mujer del César, además de ser buena, debe parecerlo. No es el retrato que temos en la retina de un ministro socialista y obrero, pero es muy español. Por lo menos ha tenido la decencia de irse antes de que le echen (aunque nunca sabremos lo fuerte que le han empujado desde su propio partido), chapeau!
Otra reflexión que se me viene a la cabeza, coincidiendo con la "huelga", es sobre los jueces. Yo pensaba que la huelga era un instrumento de lucha de los obreros explotados del mundo, famélica legión, o por lo menos descontentos, contra su patrón, para exigir unas condiciones de trabajo más dignas. O más concretamente, como dicen los miembros de la Real Academia que limpia fija y da esplendor (como Mr. Proper, oyesh!) es la "interrupción colectiva de la actividad laboral por parte de los trabajadores con el fin de reivindicar ciertas condiciones o manifestar una protesta". Pero no, parece que cualquier poder del estado puede decir, que paren el mundo que me bajo, y hacernos la pascua cual controlador aereo o comandante cualquiera, hasta que se le pase la pataleta y le den lo que enturbia su sacrificada vida. Y no digo que la Justicia esté bien, Dios me libre. Como abogado he sufrido en silencio las dos cosas, el funcionamiento Kafkiano de la Justicia española (lease para comprenderla El Proceso, del inefable Frank, real como la vida misma, oiga!), y los desmanes y despropósitos de la clase judicial. Es verdad que los medios materiales y humanos son escasos, que también hacen guardias, y que algunos trabajan por la tarde, en su despacho, o en casa, poniendo sentencias, que recae sobre sus hombros un peso que ni Sísifo. pero también es verdad que son una casta de vanidosos más o menos retrógrados, que se creen sinceramente por encima del mundanal ruido, y que firman sentencias que cambian el rumbo de una persona o de una empresa con una media sonrisa, antes o después de tomarse un cafelito descafeinado sin espuma con un cruasant con los fiscales, los abogados más veteranos del lugar y otros elegidos. Es verdad que se organizan cacerías donde acuden además de Sus Señorías, fiscales, abogados y demás fauna. Es cierto que dicen ser conscientes, y que luego se meten en el papel y ya está, pero no se yo.
Más humildad, Señores (y sobre todo Señoras, porque debido a su proverbial fuerza de voluntad, afortunadamente, las españolas están ganado cuota en la justicia) y más pisar la tierra. Quizá habría que dotar los juzgados de más medios, pero también habría que pensar cómo se accede a ese sillón que da derecho a decidir sobre lo divino y lo humano. Una vez acabada una carrera amena y práctica, (empiezas con historia del derecho, y acabas en quinto con filosofía del derecho, que Aristóteles tiene mucha aceptación en los foros), se recluye uno unos cuantos añitos, sin ver practicamente la luz del sol ni a otros congéneres, y se aprende uno/a como un papagayo como 183 temas, normalmente con un preparador que a su vez es Juez, se embolsa una pasta, y debido a lo apretado de su agenda se le suele olvidar declara esos ingresos, los canta cual niño de Sal Ildefonso, y a esperar... Si ya lo dijo el gran cazador, pero me parece a mi que va a ser que no...
De lo de la cadena perpetua, dado el lamentable estado del sistema penitenciario español, hablaremos otro día. Pero es cierto que las leyes no se pueden hacer en caliente, porque aunque siempre irán por detrás de la calle, todavía tenemos la quizá ingenua aspiración de la reinserción. Me imagino que a los que han perdido su libertad, necesitan por lo menos la pequeña ilusión de un permiso, un bis a bis, o incluso a atreverse a soñar con un tercer gardo (que no se crean ustedes que son cosas fáciles, sobre todo si uno es extranjero), para ir a un taller en vez de estar todo el día en el patio, para no meterse, o para hacer algún esfuerzo por ser por lo menos un poco persona, recogiendo los pedazos en los que ha quebrado su vida. No creo que un sistema americanizado, retributivo y ojoporojico, privatizado y cruel, con menores juzgados como hombres, y un 3% de ejecutados inocentes (casi todos negros, por cierto).
Y vaya por delante mi respeto y mi homenaje a los padres, familiares y amigos de Marta del Castillo, y de todos aquellos familiares de víctimas de delitos violentos. Quizá el fallo fué del que el puso el micro, o del que lo siguió en una marcha por una causa, a juicio de este humilde necio, equivocada.
2 comentarios:
Está la corrala mú revuelta.
Ya le digo! Donde vamos a parar! Esto con el del bigote no pasaba, o por lo menos no nos enterábamos!
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