Grotèsque Club DJ

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Erassmuss, Theo Marmot, Petite Mort. Arte, vídeo, música, espectáculo..!

lunes, 12 de octubre de 2009

ÁGORA, Hypatía de Alejandría y una Historia que se repite...



Ágora es una película que no deja indiferente. En mi caso la vi el sábado (casi el estreno), y todavía estoy degustandola, recreandome en la evocación de los temas que tan magistralmente trata, y que son tan viejos como esta tozuda, belicosa y en ocasiones brillante humanidad.

El film nos muestra una personal mirada a la historia de Hipatia de Alejandría, mujer excepcional, maestra de la escuela neoplatónica, y víctima inocente de su causa, que no es otra que la filosofía, entendida en el concepto amplio de amor a la sabiduría. Investiga en campos tan dispares, pero tan relacionados, como la astronomía, la geometría, y las matemáticas. Su planteamiento racional y científico no casa bien con un entorno de convenciones sociales, y religiones intolerantes que avanzan conquistando el territorio.

La película está excepcionalmente resuelta, tanto en el aspecto actoral como en el técnico. La oscarizada Raquel Weisz dibuja un magistral retrato del personaje, con un atractivo muy alejado de los cánones hollywoodienses, enseñándonos como la independencia, y porque no decirlo, la superioridad femenina era toda una provocación en el siglo IV, y sigue siéndolo ahora más de lo que nos gusta reconocer.
La protagonista está rodeada de un elenco de actores no demasiado conocidos, que desgranan todo un abanico de emociones e intrigas políticas con eficacia, metiéndonos en una historia en principio compleja.
Destacan Oscar Isaac en el papel de Orestes, que pasa de arrebatado joven enamorado de Hypatia y entregado a la musa de la música, a Prefecto imperial, enfrentado a todas las facciones religiosas en conflicto. También está muy correcto Max Minghella en el papel del esclavo convertido al cristianismo Davo, con un papel transcendental en la historia. Destaca el inquietante Sammy Samir, en el papel de Cirilo de Alejandría, santo y Doctor de la Iglesia, y lider impasible de la masa cristiana enfervorizada, que a pesar de la ausencia de juicios morales a priori en el film, es claramente el "malo" de la película.

El punto de vista de la película se aleja del dogmatismo, poniendo al observador en una óptica planetaria, como si de una civilización alienigena o de un científico subido en su nave, observando el universo, como un Carl Sagan cualquiera, se tratara.

El impresionante uso de planos cenitales, con alejamientos y acercamientos a nivel planetario, similar a las animaciones de programas como el Google Maps, o a videojuegos del tipo Age of Empires, da otra perspectiva, como relativizando lo que ocurre en este pálido punto azul. El uso de la cámara rápida, hace que un conflicto que parece en cierto modo justificado y "real" se convierta en un episodio intranscendente e ilógico desde una óptica cósmica, o desde la perspectiva del tiempo. La turba enfurecida se reduce a una suerte de insectos, urgidos por el afán de su propio fanatismo.

Las escenas de acción son sucias, polvorientas, en las que se muestra la extrema fealdad, la crueldad de una puñalada, de una pedrada. Huye Amenabar conscientemente de la épica que parece vestir las batallas de otros tiempos en el cine histórico.

La Alejandría del año 391 se nos muestra con una increíble verosimilitud. Las localizaciones de Ágora, rodada en la isla de Malta, la dan una dosis de realidad aplastante que contrasta con el abuso del croma y de las imágenes diseñadas en un ordenador al que tanto nos tienen acostumbradas las superproducciones. El argumento de ser la película más cara del cine español (50 millones de euros) no es el fundamental para ver esta película. Amenábar tiene algo que contar, lo cual no es tan habitual en el cine actual, y el resto sólo son medios al servicio de un proyecto. No se trata de una serie de escenas de sexo y acción unidas por una trama endeble, sino un viaje a un momento crucial de la Historia, protagonizado por una filósofa adelantada sin duda a su tiempo, dentro de una trama que engancha al espectador desde el primer momento.


Se tratan temas tan trascendentes como la astronomía, con la transición al modelo heliocéntrico, la forma de las órbitas de los planetas (la Tierra y "las errantes" en torno al sol), y otras cuestiones que no fueron retomadas hasta que científicos como Johannes Kepler lo retomaron muchos años después. Se habla de la relación entre alumno y maestra, entre esclavo y ama, entre el poder político (el decadente imperio romano) y el religioso, entre judíos, "paganos" (seguidores del Dios Serapis)y cristianos. Estos últimos son la clave de toda la historia. La pujante religión pasa de ser perseguida a imponerse por la fuerza, con una furia ciega que identifica el saber y el conocimiento con el paganismo, arrasando todo el saber atesorado durante siglos.

Estamos en un terreno sensible, y aunque no deja de ser una obra artística, sin fines eminentemente documentales, los hechos y los personajes están basados en los reales, con ciertas licencias pero muy buena documentación sobre el contexto histórico y cultural . Ya han surgido las críticas a la película, recogiendo el sector más cavernícola el testigo de los más arrebatados monjes parabolanos. ¿Realmente hemos avanzado tanto? La verdadera moraleja es que no, y que la Historia lamentablemente se repite. Sólo con encender el televisor y poner cualquier informativo, más o menos manipulado, o más o menos tendencioso o lisonjero con el poder, y vemos gente que muere y mata por una mal entendida religión, que predica el amor y el perdón en privado, y llama a la guerra santa y a la aniquilación de los infieles o los paganos desde los púlpitos, las sinagogas o las mezquitas.

El cineasta Alejandro Amenábar considera que el "ágora" -título de su última película, exhibida hoy en el Festival de Cannes- "es el planeta Tierra" y que el filme denuncia el uso de la violencia para defender ideas.

"En la película, en el equipo, convivíamos agnósticos, ateos, musulmanes, cristianos, judíos, y todos teníamos que levantarnos por la mañana y hacerla", relató Amenábar junto a La Croisette sobre el rodaje del filme, que se hizo en la isla de Malta.

"El ágora en el fondo es esto: es el planeta en el que tenemos que convivir todos", completó el director español nacido en Chile y quien aseguró que su filme denuncia "que, cuando para defender tus ideas tienes que usar la violencia, te conviertes en un insecto".

La elección del marco geográfico y temporal no es casual (casi nada lo es en este trabajo). El final del imperio romano, y los convulsos tiempos en los que se sigue sustentando, ahora en la pujante y nueva religión cristiana, cambiando el águila por el Crismón, es siempre fascinante. Ya fue retratado este periodo de forma muy acertada por Valerio Massimo Manfredi, en su obra La Última Legión, que inspiró la película homónima.

Alejandría tampoco es una ciudad cualquiera. Fundada por el mismo Alejandro Magno, representa la helenización introducida en Egipto por la dinastía macedonia de los lágidas, herederos directos de Ptolomeo I, compañero de Alejandro, que se impuso durante más de 300 años. Esta mezcla de culturas se refleja de forma magistral en la película, donde vemos imponentes esculturas y edificios pertenecientes a la milenaria cultura egipcia, se ve la influencia estética, política y cultural de Roma, la filosofía y la cultura griega, y la pujante (y no siempre positiva, según se nos cuenta) influencia cristiana.


Como pasó en otros lugares y otros momentos históricos (Toledo, Barcelona, Granada), la convivencia entre culturas y religiones se rompe en Alejandría, pasando de la convivencia a la eliminación física de aquellos que no comparten su filosofía o su dios.

Ágora es una lección de buen hacer cinematográfico, y también una lección sobre la Historia y la naturaleza humana. Destruimos lo que no conocemos, y así, la Biblioteca de Alejandría, que llegó a contener 700.000 volúmenes, fundada por Ptolomeo, compañero de Alejandro y discípulo de Aristóteles al igual que él, dirigida por Eratóstenes, que llegó a calcular con increíble exactitud el tamaño de la tierra. Destruída y vuelta a reconstruir acaba siendo un edificio caduco y sucio, lleno de cabras, de gallinas, y sobre todo de la inmensa ceguera del odio y la soberbia. Para acabar de contentar colectivos, podemos indicar que los musulmanes quemaron también millares de libros durante su ocupación de Alejandría. Una nueva biblioteca fue inaugurada en 2003 bajo los auspicios de la UNESCO. Esperemos que sea el símbolo de una nueva época, y que nos dure, pero no creo...

En definitiva, no se pierdan Ágora, y esperemos que su mensaje cale en estos tiempos de talibanización, integrismo y odio entre los hombre sólo por la religión que profesan. Veremos...

11 comentarios:

Capitán Tormentas dijo...

Es un crack el tio este. Que ganas tengo de verla, por diosss!

NecioAtalayo dijo...

Ud. si que es un Crack, Capitán!
En serio merece mucho la pena. Además es de las típicas que ganan en pantalla grande.
Un saludo!

Crisis. dijo...

Qué buena pinta!
Está claro que las muejeres deberíamos estar por encima... xD jajajaja
(que conste que mi profe de antropólogia,decano de la UB, ahí es ná, cree que somos más inteligentes y estamos más cualificadas para dirigir a la especie...ideas asi sueltas que nos cuenta en clase...que no son cosas mias...)
jajajajaja

Un beso cuña!

Raimunda dijo...

Con ustedes el nuevo Antonio Gasset!
Una crítica pormenorizada y vibrante, que sabe transmitir la pasión por el género que con gran valentía y eficacia ha sabido abordar Amenábar.
Por mi parte sólo queda destacar a Rachel Weisz un poco más, puesto que hay en la película momentos de interpretación memorables, en los que ella sabe dar al personaje un brillo extra. Hipatia no hubiera sido tan grande con una actriz más popular. Maravillosa.
Qué peliculón, por dior.

Sylvia dijo...

El viernes voy a verla con el crack, y me muero de ganas.
Cuanto menos ha conseguido una entrada fabulosamente bien escrita y documentada por tu parte que vale la pena leer. Enhorabuena.

Saludos mediterraneos para tí.

Maya dijo...

A mi me encantó la película desde el punto de vista estético, técnico.. pero no sé, no llegué a emocionarme. Parece que ni tan siquiera la propia Hypatia fue capaz de prever cuan cantidad de odio se estaba gestando fuera de sus paredes y sus mapas estelares. No me involucré demasiado en ningún personaje (sobre todo con Davo) y sin embargo, me gustó ver cómo uno a uno se ven arrastrados por los fanatismos. Y me gustó que Amenabar no tomara parte por ninguno, ni paganos ni cristianos ni judíos.. todos respondieron con violencia ante los ataques.
Hubo una escena que decía el esclavo a Amonio: No deberíamos perdonar como lo hizo Jesús? La misericordia sólo es para Dios.
Impresionante.

Un beso!

Lansky dijo...

Debo de ser de los escasos cinéfilos, y para colmo ateo, al que no le ha gustado especialmente esta película, aunque sea un producto muy bien hecho. las razones son largas de explicar aquí.

Veo que te acompaña un perro con muy buena pinta. No sabes como considero que nos une eso. Te he enlazado een mi blog. Un saludo

NecioAtalayo dijo...

Bueno, Lansky, tampoco soy un talibán Amenabariano, agorero o paraboliano! Respeto todas las opiniones.
Reconozco que a mi Alejandro me gusta, y la Historia es una de mis pasiones, así que iba ya con buena actitud!
Estoy rodeado de gente bastante perra, y aparte hay una pequeña habitante peluda en mi casa, Audrey, una perrita rubia mestiza que fué rescatada de una protectora en la península, y que es una más de la familia...
Gracias por el enlace!
Maya, lo mismo te digo! Dices que no te ha dicho mucho, pero has pillado el mensaje (o uno de los muchos de los que está trufado).
"La misericordia sólo es para Dios..." Deberían aplicar esta máxima en un partido político que yo me se (o a todos)
Hacen falta más hypatias! (aunque algunas lo sois un poco...)
Sylvia, Ud. si que es un crack!
Gracias por esas inmerecidas palabras! Saludos atlánticos para ti!
Cris, amazona desatada! no te digo na y te lo digo to, pero para una filósofa en potencia como tu, esta peli es imprescindible!
Besitos.
Sus quiero conyo!

NecioAtalayo dijo...

Evi... Me vas a sacar los colores! Tu si que eres cinéfila de esas!
Rachel Weisz está elegante, da la talla para llevar todo el peso del papel protagonista, y sencillamente te la crees.
BSS

Palabrasalbapor dijo...

Estoy deseando verla y ahora mucho más. Amenabar me parece un genial director así que no tenía ninguna gana de perdérmela.

Un beso

Blanca dijo...

Aqui una atea anticlerical de toda la vida, amante de la filosofia (en el sentido clásico, es decir del saber y de la ciencia, especialmente la ciencia).

La película no me ha convencido... Me parece algo superficial, o corta, no se. Sobran escenas de "batallas". Falta alguna explicación sobre el por que triunfa el cristianismo, y que era de verdad el paganismo... No se.

Hypatia es un personaje maravilloso. Un icono del feminismo, de la ciencia, de la tolerancia y del saber.
Me encantó su entusiasmo cuando en el barco el saco cae como si el barco estuviera inmóvil (habría que esperar a newton para saber "por que"). Me encanta su entusiasmo por la ciencia. Las que la amamos lo entendemos.