
quizá sea pronto para hacer valoraciones profundas, pero los números cantan, y los sentimientos están a flor de piel.
Todos los que tenemos una sensibilidad de izquierdas, y que creemos en la justicia social, tenemos que pararnos a reflexionar sobre el avance de la derecha en toda Europa.
Históricamente se ha visto que en tiempos de crisis se desequilibra la balanza, en su frágil equilibrio entre libertad y seguridad, entre intervención del Estado en la economía y la sociedad y el liberalismo salvaje. En tiempo de tormenta se busca una mano fuerte, que guíe el timón y nos lleve a buen puerto, y a veces no vemos que aquellos en los que depositamos nuestra confianza son los que originaron la crisis, o los que nos llevan a otra mayor. Mirando hacia atrás se ve esto claramente (véase las entradas anteriores, y vaya por delante mis disculpas si este necio se ha sobrepasado, pero en caliente, ya se sabe...).
Me sorprende el apoyo a gente como Rosa Diez, o quien quiera que sea el candidato ese, porque esta señora sale en todos los anuncios, emulando a Ama Rosa Quintana. Me sorprende Oreja Mayor mencionando a Aznar, a Rato, hablando de las elecciones generales. Me sorprende que entre los dos partidos se lleven casi el 45% de los votos. Me sorprende Berlusconi,presentándose como cabeza de lista en todas las circunscripciones, sin posibilidad de sentarse en su escaño si no renuncia a ser el Jefe de Estado italiano (que no creo). Me sorprende al apoyo popular a il cavalieri, a su mansión de 12 millones de dolares, protegida por secreto militar, y llena de velinas, nínfulas ofrecidas a este arquetipo del camorrismo neo fascista. ¿Esto es lo que queremos para esta Europa mía, esta Europa nuestra..?
Sube la extrema derecha, los euro escépticos... El Parlamento europeo lucha por ser realmente democrático. Más de 375 millones de personas pueden votar en los 27 países que forman la Unión Europea, para elegir a los 736 eurodiputados. La suerte está echada. Ahora queda hacer un seguimiento, no dejarlos en su retiro dorado. Tendrán que sudar la camiseta, y sacarse de la chistera esas recetas neolibeggales (que todavía no hemos oído, pero que nos imaginamos...) para sacarnos de este atolladero. Tendremos que estar pendientes de que suden la camiseta, y de que, como representantes del pueblo soberano en Europa, se ganen el sueldo, que asciende a 7.665 € mensuales, el doble que sus antecesores, que recibían el equivalente al salario bruto de los diputados nacionales, es decir, unos 3.125 euros, más las correspondientes dietas, mas 17.540 € mensuales para costear la ayuda de colaboradores personales.
Esperaremos sinceramente que de la gran Babel de Bruselas salgan ideas, en forma de directivas, que nos hagan fuertes y nos ayuden en estos momentos críticos. Probablemente tardaremos en lograr una Europa realmente unida, que no sea sólo un mercado, o que se pierda en negociar cada coma de cada iniciativa. Probablemente no tengamos garantizados los derechos por los que tan duramente lucharon nuestros padres y abuelos. Probablemente seguiremos manteniendo una deuda histórica con los que nos miran con envidia por encima de la muralla del Espacio Schengen, del Frontex y de toda la parafernalia que protege nuestro envejecido paraíso artificial.
Probablemente sea difícil avanzar en forma de evolución. Quizá sea el tiempo de una verdadera REVOLUCIÓN