Grotèsque Club DJ

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Erassmuss, Theo Marmot, Petite Mort. Arte, vídeo, música, espectáculo..!

domingo, 21 de septiembre de 2008

UN APLAUSO... VALIENTE!


DISCURSO PRONUNCIADO POR GERVASIO SANCHEZ (PERIODISTA Y FOTÓGRAFO) DURANTE LA ENTREGA DE LOS PREMIOS ORTEGA Y GASSET ESTE 7 DE MAYO.
EN EL ACTO ESTABAN PRESENTES LA VICEPRESIDENTA DEL GOBIERNO, VARIAS MINISTRAS Y MINISTROS, EX MINISTROS DEL PARTIDO POPULAR, LA PRESIDENTA DE LA COMUNIDAD DE MADRID, EL ALCALDE DE MADRID, EL PRESIDENTE DEL SENADO Y CENTENARES DE PERSONAS.

Estimados miembros del jurado, señoras y señores:

Es para mí un gran honor recibir el Premio Ortega y Gasset de Fotografía convocado por El País, diario donde publiqué mis fotos iniciáticas de América Latina en la década de los ochenta y mis mejores trabajos realizados en diferentes conflictos del mundo durante la década de los noventa, muy especialmente las fotografías que tomé durante el cerco de Sarajevo.
….
Quiero dar las gracias a los responsables de Heraldo de Aragón, del Magazine de La Vanguardia y la Cadena Ser por respetar siempre mi trabajo como periodista y permitir que los protagonistas de mis historias, tantas veces seres humanos extraviados en los desaguaderos de la historia, tengan un espacio donde llorar y gritar.

No quiero olvidar a las organizaciones humanitarias Intermon Oxfam, Manos Unidas y Médicos Sin Fronteras, la compañía DKV SEGUROS y a mi editor Leopoldo Blume por apoyarme sin fisuras en los últimos doce años y permitir que el proyecto Vidas Minadas al que pertenece la fotografía premiada tenga vida propia y un largo recorrido que puede durar décadas.

Señoras y señores, aunque sólo tengo un hijo natural, Diego Sánchez, puedo decir que como Martín Luther King, el gran soñador afroamericano asesinado hace 40 años, también tengo otros cuatro hijos víctimas de las minas antipersonas: la mozambiqueña Sofía Elface Fumo, a la que ustedes han conocido junto a su hija Alia en la imagen premiada, que concentra todo el dolor de las víctimas, pero también la belleza de la vida y, sobre todo, la incansable lucha por la supervivencia y la dignidad de las víctimas, el camboyano Sokheurm Man, el bosnio Adis Smajic y la pequeña colombiana Mónica Paola Ojeda, que se quedó ciega tras ser víctima de una explosión a los ocho años.

Sí, son mis cuatro hijos adoptivos a los que he visto al borde de la muerte, he visto llorar, gritar de dolor, crecer, enamorarse, tener hijos, llegar a la universidad.

Les aseguro que no hay nada más bello en el mundo que ver a una víctima de la guerra perseguir la felicidad.

Es verdad que la guerra funde nuestras mentes y nos roba los sueños, como se dice en la película “Cuentos de la luna pálida” de Kenji Mizoguchi.

Es verdad que las armas que circulan por los campos de batalla suelen fabricarse en países desarrollados como el nuestro, que fue un gran exportador de minas en el pasado y que hoy dedica muy poco esfuerzo a la ayuda a las víctimas de la minas y al desminado.

Es verdad que todos los gobiernos españoles desde el inicio de la transición encabezados por los presidentes Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar y José Luís Rodríguez Zapatero permitieron y permiten las ventas de armas españolas a países con conflictos internos o guerras abiertas.

Es verdad que en la anterior legislatura se ha duplicado la venta de armas españolas al mismo tiempo que el presidente incidía en su mensaje contra la guerra y que hoy fabriquemos cuatro tipos distintos de bombas de racimo cuyo comportamiento en el terreno es similar al de las minas antipersonas.

Es verdad que me siento escandalizado cada vez que me topo con armas españolas en los olvidados campos de batalla del tercer mundo y que me avergüenzo de mis representantes políticos.

Pero como Martín Luther King me quiero negar a creer que el banco de la justicia está en quiebra, y como él, yo también tengo un sueño: que, por fin, un presidente de un gobierno español tenga las agallas suficientes para poner fin al silencioso mercadeo de armas que convierte a nuestro país, nos guste o no, en un exportador de la muerte.

Muchas gracias.

jueves, 11 de septiembre de 2008

MICRORRELATOS

Si, en Agosto me tocó trabajar. En uno de los (múltiples) ratos tontos, localicé un concurso de microrrelatos. Se trata de un juego, unir los puntos, en este caso las cinco palabras proporcionadas. Te dan un grupo de ellas, y un número máximo de palabras permitidas, 150. El tema, los abogados (esos grandes desconocidos. Echa un ojo a ver qué te parece...

Yo, pecando de inmodestia, me ahe atrevido a participar. Y pienso seguir dando la murga los diez meses que quedan de concurso. Además hay dinerillo por medio, oiga, que si suena la flauta, nunca viene mal.

Quiero compartir con vosotros los dos relatos enviados, correspondientes a agosto y septiembre.
Han publicado los resultado, y de momento no he ganado nada, pero hemos pasado un buen rato en este verano tan especial, el primero en nuestra nueva tierra soñada.

PALABRAS: sistema, soledad, bloque, zoquete, piraña.

Nueva Esperanza



Nueva Esperanza provocaba una sensación de fría soledad en sus pseudos-noches, que contradecía su ampuloso nombre. Vladimir se debatía entre el sueño y los efectos psicoactivos del Zomtal. En todo el bloque h-B NE sólo brillaban una o dos luces. El sistema mantenía un nivel constante de humedad y temperatura, como una incubadora o una madre. Mañana se celebraba la vista. La nueva Ley de Enjuiciamiento Criminal para Planetas Exteriores de 19/10/2253 había incluido por fin a los Bowders en la carrera judicial. Sólo un zoquete como el Presidente podía confiar en esas frías mentes androides. Cuando entró en la sala, recubierta de reluciente ziltar, le pareció ver un brillo extraño en los pequeños ojos, como de piraña, de la Jueza…. Tal vez todo aquello que contaban sobre la conspiración fuese cierto. Desplegó ceremoniosamente la pantalla de su holopalm NeoAranzadi, y comenzó con la vieja fórmula: ¡Con la Venia, Señoría…!





Palabras: abogado defensa justicia estrés síndrome



Golpe de Efecto.




El abogado bajó las escaleras que discurrían lentamente entre las imponentes columnas de mármol del viejo Palacio de Justicia. Su ropa ligeramente arrugada y un rictus más adusto de lo habitual dejaban entrever un creciente estrés. En el hotel inició una videollamada, y vio los atentos rostros de los colaboradores de su bufete. Le pareció una jauría de cachorros dispuestos abalanzarse sobre el viejo león herido. “Plantaremos la defensa desde otra óptica. La Corporación tiene un testigo estrella”. Un murmullo de inquietud se extendió entre los jóvenes abogados de JMP & Asociados. Mientras tanto, un imponente coche negro con los cristales tintados se dirigía a casa de Andrés Espinosa. El Síndrome de Asperger, le hacía parecer menos inteligente de lo que realmente era. Apretaba compulsivamente un clip, dentro del bolsillo de su abrigo, mientras sonreía por primera vez en mucho tiempo, mientras miraba el suelo, cubierto de libros.

HERIDA

A veces es necesario que la vida te zarandee para que empieces a sentir, o más bien a darte cuenta de los sentimientos que albergas muy dentro, que lucen con una extraña y tenue luz, como de brasa o de titilas de estrellas.
Está malita. No es nada grave, pero doloroso. Una tortícolis inoportuna la atenazaba el cuello, la cabeza,... Dios, como me conmueve verla llorar! Un corto trayecto en coche nos llevó al hospital. Buen trato, rápido, como acostumbran en esta tierra amable que nos acoge como si nunca nos hubiéramos ido del todo.
La siento como un pajarito herido, no se muy bien qué hacer ni qué decir. Me doy cuenta de que es mi tesoro más preciado, mi riqueza y mi fuerza. Me dan ganas de quererla más todavía, mejor, como ella se merece... Me dan ganas de mimarla, de cuidarla.
Ya está mejor. Los cuidados de la tata y la curiosidad de la perra la rodean, y el collarín que rodea su cuello, que tantas veces he besado, no cuadra bien con su cara, morena y wapa. Está contenta, porque sabe que tiene quien la cuida y la quiere, aunque no la merece. Y muy lejos, aunque cerca en su corazón, hay mucha gente que la recuerda y la desea lo mejor sinceramente. No sólo su familia, sino esa otra extraña familia unida por este juguete gigante por el que te escribo estas lineas. Mis mejores deseos y todo mi cariño para vosotros (Pitu, Fétido y demás espécimenes).
Prometo cuidarla, y prometo intentar crear un pequeño espacio en este blog para compartir con vosotros (se acabó el corta-pega!).
Es curioso como la gente puede ser como las estrellas, muy lejanas pero iluminándonos en las noches más oscuras.
Te quiero nena.